
Es común tener experiencias que nos causan estrés, rabia o molestia. La buena noticia es que podemos cambiar esas emociones al hablar de la situación que las generó. Aquí te comparto algunas claves, para ayudarte a tener las conversaciones necesarias y devolverte la armonía, dentro y fuera de casa.
Antes:
- Respira y analiza: Si es necesario, sal a caminar y toma aire fresco. Esto te ayudará a identificar qué es lo que te molesta y por qué.
- Define tu objetivo: Piensa o escribe qué es lo que quieres conseguir luego de hablar. Respóndete: Al final de esta conversación, quiero lograr ________ y sentirme así__________.
- Haz la invitación: Una vez que estés más calmado y con las ideas claras, contacta a la persona. Dos maneras de invitarla son:
- Me gustaría conversar contigo, ¿cuándo puedes darme unos minutos?
- Tengo una inquietud que me gustaría compartir contigo, ¿tienes unos minutos?
- Acuerda el lugar y la hora: Escojan un sitio tranquilo y sin distracciones, para que puedan platicar abiertamente.
Durante:
- Expresa lo que sientes: Comienza la conversación por contarle al otro qué es lo que te inquieta. En lugar de acusar, siempre exprésate en primera persona, es decir, “Yo”. Usa frases como:
- En esta situación que vivimos, yo me sentí así ______.
- Desde el día en que esto ocurrió, he pensado ______.
- Necesito hablar contigo sobre _______, que me inquieta.
- Escucha: Luego de que hayas compartido lo que sientes, es hora de escuchar al otro. Despeja tu mente, para oírlo con atención. Míralo a los ojos con respeto y no lo interrumpas.
- Lleguen a un acuerdo: Ya se escucharon. Ahora es el momento de que ambos se comprometan a mejorar la situación. Prueben las siguientes preguntas. Incluso pueden escribir las respuestas, para tenerlas como referencia:
- ¿Cómo podemos resolver esto?
- ¿Qué nos falta?
- ¿Cómo puedo ayudarte para que no te sientas así?
- ¿Puedo pedirte qué tú me ayudes de esta manera?
- ¿Qué otras opciones podemos intentar?
Después:
- Agradécele: Dile cuánto le agradeces por haberte permitido contarle lo que te inquietaba, y por compartir contigo lo que pensaba o sentía.
- Revisen cómo se sienten: Dense unos minutos más para compartir cómo se sienten y qué enseñanzas les dio esta conversación. Si así lo desean, dense la mano o un abrazo.
- Sigue conversando: Tener las conversaciones apropiadas es fundamental para mejorar nuestras relaciones con quienes compartimos todos los días… ¡Conversa, resuelve y sigue disfrutando de esta experiencia llamada vida!